Soñando me pregunto por las mujeres
que se acostaron contigo.
Busco el fuego que debería haberte quemado las manos
cuando tú y Tina se escondieron una en los ojos de la otra.
Cada mañana la promesa,
el retablo del día que terminaba
o del que estaba por comenzar, exuberante.
Yo también amo a la gente - a las mujeres-
pero hay momentos en que la gente, incluso las mujeres
me cansan.
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